Hasta el psicoanálisis, todos los esfuerzos por comprender la realidad infantil fracasaron como consecuencia de haber dado de lado por completo el inestimable factor de la sexualidad en sus más diversas manifestaciones. El escéptico asombro con que son acogidos los descubrimientos del psicoanálisis en esta cuestión de la infancia- los referentes al complejo de Edipo, el narcisismo,
las disposiciones perversas, el erotismo anal y la curiosidad sexual- dan idea de la distancia que separa nuestra vida anímica, nuestras valoraciones e incluso nuestros procesos mentales de los del niño normal.
A los educadores familiarizados con estos resultados, les será más accesible reconciliarse con determinadas fases del desarrollo infantil y, entre otras cosas, no correrán el peligro de exagerar la importancia de los impulsos instintivos, perversos o asociales que el niño muestre.